En la economía actual, una de las grandes apuestas que pueden hacer las empresas de publicidad es la de confiar el anuncio de sus marcas a los influencers por la instantaneidad de las redes sociales y el poder que tienen estas de conectar a todos los individuos para así hacer llegar antes la información a todo el mundo. Los infñluencers están obligados por ley a etiquetar todas sus colaboraciónes con marcas o sus anuncios, con un hastag ( #publi #ad ) si no hacen esto, pueden llegar a estar cometiendo un delito de publicidad engañosa, llegando a incluso multas de 30000 euros.
Detrás de todas estas campañas engañosas, la publicidad encubierta y las mentiras, se esconde algo más, ya que estas personas no son concientes de las miles de personas que les siguen y que hacen caso de sus recomendaciones, en gran parte falsas.
Así como debemos hablar de esos productos que venden en sus tiendas como marca única pero que en realidad no son, sino copias de otros productos.
Otra forma en la que estas personas influyen negativamente en nuestras vidas es el uso de filtros y de diversos programas que retocan y editan las fotos hasta tal punto que resulten perfectas, pero al mismo tiempo irreales. Lo único que genera esto es inseguridad en los jóvenes y en los adultos, por querer ser como sus ídolos y verlos inalcanzables.
Con esto no quiero decir que los influencers no deban usar filtros cuando ellos quieran, simplemente deberían incurrir en el hecho de que lo están haciendo y al mismo tiempo mostrar no sólo la parte perfecta de su vida, sino que también la parte no tan buena, para que así sus seguidores entendieran que nadie tiene una vida perfecta.
Una vez explicado todo esto, simplemente deberíamos comenzar a reflexionar. No podemos creer todo lo que vemos en las redes sociales, del mismo modo que no podemos comprar todo lo que nos enseñe un influencer simplemente con que nos gusta él o su contenido. Los filtros y la edición nos pueden llegar a formar una imagen distorsionada de la realidad que nunca debemos creer.
Feliz semana.
Hola Laura,
ResponderEliminarMe encanta tu entrada semanal y no veas, que razón tienes. Con la llegada de los influencers, somos más manipulados que nunca. Sus ventas de productos (que puede ser publicidad engañosa o no), nos incentivan a comprar productos, nos muestran una realidad que no es (una vida perfecta y feliz)...
Son personajes públicos y como tal, deben de mostrar contenido que sea verdadero y no engañoso, ya que engañar, supone consecuencias en el público: inseguridad, pues yo no soy feliz como él o ella etc.
Estoy de acuerdo contigo en todo lo que has comentado.
Un saludo.
Hola Laura!
EliminarEs cierto que al ser unos personajes públicos y estar expuestos deben asumir las consecuencias de sus actos ya que influyen en mucha gente ya sea de manera positiva o negativa. Creo que compartimos la misma opinión sobre este tema.
Gracias por tu comentario!